Siendo mi país de origen Argentina, en donde crecí y formé una hermosa familia, un día descubrí que había muy plantada en mi corazón, una semilla con alas para emigrar, como un día lo hicieron mi abuelo y mis bisabuelos… a ellos ¡gracias! Esas alas no solo trajeron un par de maletas y sueños por cumplir, vinieron también, muy bien guardadas, aquellas marcas y heridas, que amorosamente, me invitaron a ser vistas para así, comenzar a sanar.

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El proceso no siempre fue divertido, podría decir que me sentí identificada con la historia de “La Hormiguita Viajera”, por salir a explorar me perdí y tuve miedo, y al igual que a esta hormiguita, vinieron a mi encuentro personas muy especiales, ellas me ayudaron a encontrar el camino de regreso a casa, en mi caso, no sin antes, haber resistido tempestades y tropezado con algunas piedras… 

 

Hoy agradezco a Dios por todas las personas que Él puso en mi camino, ellas sin saberlo estaban llevándome a danzar por la vida hasta encontrarme con esta maravillosa Terapia que son las Constelaciones Familiares, primero como consultante y muy sorprendida con los resultados, más tarde como alumna y ahora como facilitadora de las mismas.